viernes, 26 de febrero de 2010

“Yo he venido a hablar de mi niño y hablo de mi niño”



Hace poco me soltaron esa frase para decirme que hablo demasiado de mi hijo, pues sí ¿algún problema?

Revisando el blog me he dado cuenta que en todas las entradas, de una forma o de otra, lo he mencionado, así que he decidido escribir una entrada solo sobre él. Esto no significa que deje de hablar de él en el resto. ;-P

Hace menos de un año que soy madre (concretamente 10 meses, 26 días, 3 horas, 34 minutos y 23 segundos) y estoy disfrutando cada segundo de esta experiencia. Siempre he tenido un instinto maternal bastante fuerte y cuando conocí a quien se ha convertido en mi marido y padre de nuestro tesoro tuvimos claro que queríamos ser padres.

Hemos tenido mucha suerte ya que tanto el embarazo como el parto fueron muy bien y salvo los catarros, gastritis y resto de “..-itis” es un niño sano, que come mucho y duerme mucho.

Es cierto que un hijo te cambia la vida, pero eso no es malo ya que esos cambios se producen porque nosotros queremos que sea así. Hay gente que piensa que un hijo te obliga a hacer sacrificios (no puedes salir por la noche, no puedes hacer senderismo, no puedes viajar en moto, ..) pero no son sacrificios, realmente lo que ocurre es que cambian tus prioridades. Para nosotros pasarnos una tarde tirados en el suelo jugando con Nicolás es lo mejor que existe; salir al parque y ver su carita cuando ve a los niños jugar al futbol, cuando ve a los perritos o cuando se sube a los columpios, es el mejor plan que puedes tener un domingo por la tarde.

No solamente no te quita nada sino que te da la vida. Cuando llego a la guardería a recogerlo y lo veo tan tranquilo jugando y esa sonrisa que le ilumina la cara cuando me ve, esos nervios que le entran porque su mami va a cogerlo, ese abrazo y esos besos (o intentos de besos) que me da, todo esto hace que se me olvide el trabajo, la gente, los problemas,.. y que vaya camino de casa con una sonrisa de felicidad hablándole y cantándole a mi hijo.

Es cierto que antes de tener un hijo hay que pensárselo bien y estar seguros, pero no en plan egoísta (todavía me queda mucho que vivir, hay muchos sitios a los que tengo que viajar, ahora mismo es muy importante mi carrera profesional,..). Lo que hay que pensar es si realmente queremos tener un hijo, si estamos dispuestos a tener esa responsabilidad y si le vamos a dedicar toda nuestra vida.

Dicen que los niños reflejan el ambiente que hay en casa, será por eso que Nicolás es un niño vital y feliz ya que lo que le transmitimos todos los días es ese amor que nos tenemos y que le tenemos a él, así como esa alegría de estar los tres juntos.

Besos

"Photo courtesy Photos8.com"

2 comentarios:

  1. Si aumenta el indice de natalidad, ya sabemos por qué es ;) Me alegro de que les vaya tan bien. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Gracias!! Pues ya sabes, pásale el post a Maria ;-P Ya lo verás el sábado, está para comérselo y no es solo amor de madre. Besos para los 3

    ResponderEliminar