Técnicas de motivación: Buen tiempo, una cervecita, buena compañía…

La idea de empezar este blog surgió por la invitación de un buen amigo para que escribiera un artículo en su blog respecto al uso de la cerveza como técnica de motivación.

Hará un par de años tuve que montar un equipo de desarrollo nuevo. Ya desde el principio detecté que mi rol de “jefa” les imponía bastante lo que complicaba el poder conseguir ese concepto de equipo y no de grupo de trabajo que quería conseguir.

Quería un equipo cohesionado, involucrados con el equipo, con el proyecto y con la empresa. Para esto era fundamental, o por lo menos esa es mi forma de trabajar, el conocer a las personas, sus inquietudes, sus ambiciones, sus defectos y sus virtudes,..
Así fue como empecé a organizar las “cervecitas de los lunes”. Empezamos a quedar en un bar que estuviera cerca de la oficina a tomarnos una o dos cervecitas antes de irnos a casa. Al ser todos gente joven, sin responsabilidades familiares todavía, la idea fue bastante bien acogida y ha continuado, incluso cuando tuvimos que montar un nuevo equipo ya que la mayor parte del primero consiguió mejores oportunidades en otras empresas y se fueron (aunque siguen viniendo a las cervecitas). Tengo que reconocer que últimamente nos vemos menos y en parte es culpa mía ya que desde que tuvimos a Nicolás tenemos menos tiempo libre.

La verdad es que las cervecitas sirvieron para su propósito. Además de pasar un rato agradable y echarte unas risas sirvió para cohesionar el equipo y conocernos mejor. En un ambiente relajado, fuera de la jornada laboral, la gente se desprende un poco de los roles preestablecidos y se quita las caretas, en definitiva, se es más uno mismo y se atreve a decir lo que piensa y le preocupa sin pensar tanto en lo que pensarán los demás. De esta forma, se crea una confianza en el resto del equipo basada en la igualdad, sin importar quién es el “jefe”, al final sólo importa la valía de cada uno de ellos.

No podemos olvidar que, al principio, lo que lo único que nos unía a todos era el trabajo por lo que las conversaciones solían girar en torno al proyecto, los problemas de desarrollo que había, la empresa, etc.. Esto me sirvió para conocerlos mejor, ver cuáles eran sus inquietudes, planes de futuro, resolverles las dudas que pudieran tener en lo que es el día a día del equipo y en definitiva intentar motivarlos y conseguir un buen ambiente de trabajo. Muchas veces nos centramos en los aspectos técnicos del proyecto y se nos olvida que tratamos con personas, con sus necesidades, con sus miedos y esperanzas y que la función de un “responsable de equipo”, me gusta más que la palabra “jefa”, es ayudarles en las dificultades que encuentra en su día a día (no sólo las técnicas) y formarlos para evolucionar profesionalmente.

Hace ya dos años y medio desde que empezamos con esto y a fecha de hoy puedo decir con orgullo que conseguimos montar un buen equipo de profesionales (en verdad ya llevamos dos y a ver si consigo el tercero) y espero haber sembrado la semillita que permita que ellos creen esos equipos de trabajo responsables e involucrados y no meros grupos de trabajo.

No hace falta que diga que al final la mayoría de ellos se han convertido en muy buenos amigos ya que además de ser muy buenos profesionales son unas bellísimas personas.